ZINC PORTECTOR DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Los especialistas en el tema ya lo sabían, pero una gran mayoría de la población ha “descubierto” recientemente los beneficios del zinc -sobre todo en lo que se refiere al refuerzo del sistema inmune- en el contexto de la pandemia. De hecho, en poco tiempo se ha convertido en el “mineral estrella” del que todo el mundo habla.
De la forma en la que el zinc cumple este cometido de aliado de las defensas hablan los expertos en sus recomendaciones sobre inmunonutrición –esto es, la relación entre el estado nutricional y la respuesta inmunitaria de nuestro cuerpo-, en las que lo incluyen en la terna más efectiva en este sentido, junto a la vitamina C y la vitamina D: “El zinc es el microelemento más comprometido con la inmunidad, de forma que si bajan sus niveles en el organismo, también lo hacen las células mediadoras en las funciones inmunes”.
Cómo actúa este mineral frente a los virus y otros microorganismos: en la respuesta innata (capacidad de defensa que el organismo tiene “de serie”), el zinc es importante para el desarrollo de los fagocitos (células inmunitarias encargadas de destruir y hacer frente a los microorganismos); mientras que en la respuesta adaptativa (la que se produce ante la presencia de patógenos y otras sustancias potencialmente nocivas), si hay deficiencia moderada de zinc, disminuyen las células T (encargadas de identificar y eliminar a los agentes agresores) y los anticuerpos, especialmente los IgG (proporcionan protección específica frente a las infecciones víricas y bacterianas).
“el zinc es un oligoelemento necesario para el desarrollo correcto de diversas funciones importantes del organismo, como el sistema inmunitario o la división y el crecimiento celular. Por eso, resulta imprescindible aportar a través de la dieta las raciones diarias recomendadas suficientes para cada edad y situación fisiológica”.
Es por tanto a través de la dieta cómo se puede –y se debe- asegurar el aporte adecuado de este mineral. En cuanto a la cantidad diaria recomendada, Malet-Larrea y Cuevas señalan que depende de la edad y del sexo. “Las cantidades promedio diarias para un adulto son de 8 mg en mujeres y 11 mg en hombres. En el caso de las embarazadas, la cantidad recomendada es de 11 mg y de 12 mg en el periodo de lactancia”.
Alimentos que contienen ZINC
- Mariscos como el cangrejo y la langosta: 7 mg/100 g
- Hígado: 7 mg/100 g
- Carnes rojas : 6,2 mg/100 g
- Judías: 6 mg/100 g
- Carnes de ave: 5 mg/100 g
- Frutos secos: 4 mg/100 g
- Productos lácteos: 4 mg/100 g
- Cereales integrales 3,5 mg/100 g
En caso de tener cierta deficiencia de zinc en el organismo, los suplementos aportan beneficios. Las deficiencias de este nutriente pueden deberse a una ingesta insuficiente (dieta pobre en carne o rica en fitatos); mala absorción intestinal o pérdidas corporales. También pueden aparecer déficits de zinc en algunas enfermedades o condiciones, como es el caso de la nutrición parenteral, los pacientes quemados, trastornos renales o personas en hemodiálisis. Las mujeres embarazadas, los niños o los ancianos pueden presentar en ocasiones niveles deficitarios de este mineral”.
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